Cuento Infantil: El perro de la colita feliz

 

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Juanito tenía siete años de edad cuando encontró al perro de la colita feliz en la calle buscando comida. Era apenas un cachorro, se notaba que era de casa, pero alguien lo había marginado a vivir solo en la metrópolis. Juanito iba con su mamá Marta cuando ocurrió el encuentro. Marta, amante de los animales, decidió agarrar al perro para llevárselo a las casas. La primera característica de la mascota era que movía demasiado la cola cuando ocurrió el encuentro. Ladraba y mostraba signos de felicidad, pero, sobre todo, movía la colita muy rápido.

Juanito ayudó a su mamá a bañar el perro, a desinfectarlo y a darle comida y agua para que empezara a crecer sano y fuerte. Cada vez que le mostraban afecto, el entonces cachorro movía la cola. El perro de la colita feliz encontró un hogar y una familia que lo quisiera. Aprendió muy rápido en donde hacer sus necesidades y no molestaba. También espantaba a las palomas que dañaban el jardín y corría a las serpientes pequeñas que podían aparecer.

Cada vez que Juanito regresaba del colegio el perro de la colita feliz salía a recibirlo. Los dos crecieron de la mano. Juanito le enseñó muchas cosas al perro de la colita feliz, pero Juanito también aprendió de él. Aprendió a ser una persona responsable con sus deberes, a cuidar del otro y a tener más sensibilidad con los animales.

Hoy Juanito es un defensor de los derechos de animales, tiene una fundación y colabora con cuanto perro callejero se encuentra. También tiene una especie de universidad para perros. Allí domestica a los más rebeldes y enseña trucos a los demás. Juanito nunca olvida su experiencia con el perro de la colita feliz.

El día de su muerte lloró como nunca lo había hecho. El perro de la colita feliz le cambió la vida a Juanito.

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